LAMPARAS LAMPE BERGER,
LA HIJA MAYOR DE MAISON BERGER
LAMPE BERGER, LOS COMIENZOS.
Maurice Berger, un farmacéutico francés convertido en inventor.
Corría el año 1898 cuando la combustión catalítica se aplicó a una pequeña botella de cristal incorporándole una mecha con un catalizador que producía combustión a bajas temperaturas y con muy bajas emisiones de óxido de nitrógeno. Con ello se conseguía una fuente de energía con grandes beneficios ecológicos e higiénicos pues se demostró que este sistema era capaz de destruir gérmenes y acabar con los malos olores.
Era una época en la que los hospitales buscaban una forma de acabar con los microbios, bacterias y virus peligrosos, así que pronto se interesaron por esta patente francesa.
Era el año 1910 cuando este inventor parisino abriría su propia tienda y es que tras el éxito obtenido por esta revolucionaria tecnología que purifica el aire en habitaciones cerradas, se dio cuenta que también se podría aplicar para uso privado, así se daba origen a Lampe Berger.
Paris era el centro mundial del perfume así como de algunos diseñadores más famosos del vidrio. Esta combinación ha hecho que desde hace unos años se le dé un uso más decorativo por las preciosas lámparas de cristal que se siguen diseñando, así como de difusor de una amplísima gama de aromas, sin olvidar que es el mejor sistema para acabar con los malos olores al mismo tiempo que purifica el ambiente.
Sin duda alguna la hija mayor de la familia Maison Berger es la lámpara Lampe Berger, pero en todo este tiempo han nacido nuevos productos como:
Difusores de aromas para el coche.
Mikados o difusores con varillas.
Velas aromáticas y difusores eléctricos de esencias.